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Mostrando entradas de mayo, 2015

¿Perfecta? No, sólo feliz

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Hace unos días escuchaba a una coach hablar sobre el perdón y decía que el primer paso para lograr vivir en equilibrio es perdonarnos a nosotras mismas. Perdonar ese error, ese tropezón, ese auto cabe, esa perfección que no alcanzamos, creyéndonos las súper mujeres que ya somos, pero siempre perdemos en el intento de ser más. No es que no podamos llegar más allá de donde estamos, ni de no superarnos al llegar a una zona de confort. Es que habiendo superado mil barreras, aún no nos la creemos y nos asustamos, y nos minimizamos y nos flagelamos, sin ver toda la fortaleza que tenemos y sabemos sacar a relucir porque somos mujeres, y encima peruanas, señoras y soberanas del reino de la creatividad, el país de las ideas, de las mujeres que se las ingenian y se superan contra todo, contra los hombres que nos miran con recelo, contra otras mujeres que tampoco se la creen. Mientras escuchaba a la coach, que recalcaba que las mujeres no nos perdonamos el no ser perfectas, recordaba

Y dice que me quiere

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Ya hemos hablado muchas veces que decirle a una persona que se le quiere es fácil, decirlo con sinceridad es bien complicado y demostrarlo, ya es otro cantar. Si no me quieres, y no te esmeras en demostrar lo contrario, pues tus muestras de des afecto son claras cual agua de manantial, no toques el tema. Como dicen por ahí, calladito te ves más bonito. Los cumpleaños, aniversarios, días festivos y similares son ocasiones que utilizamos la mayoría de mortales para desearnos lo mejor y por ahí, decirnos cuánto nos queremos. Este año, no fue la excepción y en mi cumpleaños recibí saludos afectuosos, y muestras más palabras de cariño de mis familiares y amigos. Absolutamente todos fueron recibidos con el mayor de los ánimos. Todos menos uno. Por la noche, mientras departía con mi familia, recibí varias llamadas, una en especial de un número desconocido. Era ni más, ni menos que el chiquillo que quiso refutar mi teoría de si me importa que usted sea menor que yo, y la hizo mut

A los 33

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¿Y cuantos cumples? me dijo Giu mientras salía rumbo a mi almuerzo pre cumpleañero el año pasado. Resuleta y sin abochornarme, le contesté 33, y él casi en el acto me respondió, uy, te va a ir mal. Paré en seco, lo miré y le pregunté inquieta ¿cómo? Él me lanzó su teoría, a los 33 o te va muy bien, o te va muy mal. Parece que a mi me pasó lo primero. Con incertidumbre apagué mis 33 velitas, pensando como siempre, a lo que venga. Las cosas se me pusieron buenas. Venciendo brujas y ogros, me he perfilado como adulta, ya bien plantada, ya sin tanto miedo, asumiendo riesgos y las consecuencias de estos. Porque después de todo, de eso se trata crecer, de asumir tus propias decisiones, sostenerlas o cambiarlas, y responsabilizarte de las consecuencias. Si eres bien grande para meterte en cosa de adultos, pues responde como tal. Principio de vida. Empezando los 33 cumplí un capricho, cometí una malcriadez, saldé una deuda con la adolescente desmelenada y rebelde que nunca fui.

Soñar contigo

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No sé si soy la única a la que le pasa esto, pero cuando sueño con una persona que me ilusiona, emociona y/o gusta, me levanto de buen humor, así este sueño sea imposible. Eso me pasó hace poco, tuve un lindo sueño con mi vecino de ilusión - landia, y eso me bastó para que todo me parezca bonito ese día. Soñé contigo, y soy sincera al decirlo, no es un pretexto para saber cómo estás o conversar contigo. En serio te vi en mi sueño, es más hablé contigo y caminamos por una calle por la que jamás hemos transitado, aunque ambos conocemos y pasamos cerca un montón de veces, siempre que hacíamos nuestro típico recorrido de las mañanas. Lo que más me emocionó del sueño, y lo escribo porque se que hay una oportunidad en un millón de que leas esto, es que me abrazaste y me tomaste de la mano. Se que puede parecer la actitud de una chiquilla de 10 años narrando su primer amor, pero ese gesto aceleró mi corazón, infló mi ilusión, y me hizo guardar la mínima esperanza de que tal vez ese d

Media Hora

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La semana pasada veía con inusual atención una nueva serie nacional. En una escena, una enfermera le dice al paciente, espera media hora antes de leer los resultados de tu examen, tu ansiedad no va a disminuir, pero al menos vas a encontrar más salidas ante lo que suceda. Inmediatamente recordé que es mejor ver las cosas con la correcta distancia y en frío. ¿Quién dijo que la televisión no es educativa? Tomar decisiones en medio de un arrebato no es recomendable porque la ira no es buena consejera, en realidad no es buena para nada, pero nadie está libre de un arranque de cólera. En medio de ese estallido tus emociones, pensamientos, sensatez y lengua están fuera de control por lo que puedes desatar una tormenta de proporciones titánicas, dejando en el camino a muertos y heridos, incluyendo tu corazón, cabeza, estómago y demás órganos vitales. Obviamente es peor decretar sentencias trascendentales o que van a cambiar algo por completo y para siempre. Por ejemplo, y esto