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Mostrando entradas de abril, 2015

That don't impress me much

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Me encanta Shania Twain. Suspiro y recuerdo a mi amor platónico de años universitarios, mi Alf, cuando escucho From this moment on o You're still the one (definitivamente un himno). Me divierte oír y tararear Man I feel like a woman o Don't be stupid (you know I love you, ¿estamos claros?). Y cuando sintonizo en la radio la canción que titula este post, le doy la razón, hay cosas que no me impresionan tanto. Si hoy en día soy fácil de impresionar, de chica lo era el triple. Si el chico me parecía simpático y encima tenía las manos limpias, se vestía bien y tenía bonita voz, caía rendida. Puntos extra si olía rico y parecía inteligente, o era hábil con los números. Con los años me he vuelto exigente con algunas cosas y otras simplemente pasan desapercibidas. No me impresiona tanto que ejercites horas de horas en el gimnasio y se te note.  Es más, evita hablarme de pesas, de tu rutina de ejercicios, de lo que te recomienda tu entrenador y demás, a menos que me quie

Una noche sin besos

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Ya que mi horóscopo chino señala que estoy en un buen momento para conocer gente y ya me convencí de que el galán de la temporada no va a llegar solito a la puerta de mi casa, estoy aprovechando cada ocasión para salir. La última vez me dejó una historia para contar. Las cosas sin tanto plan salen mejor. Por eso, hace un par de semanas canjeé sin mucho trámite un sábado ahí nomás, por un fin de semana sin freno a la mano. Mañanita playera, almuercito con mami, tarde de timba y noche de barra. Todo espontáneo y todo salía bien. La noche de barra empezó en un bar del Centro, bebiendo cervezas artesanales, comiendo una de las mejores salchipapas de Lima (aunque me quedo con la del Tip Top) y contando las últimas novedades en mi vida a mi incondicional Pepita Grilla. Una vez que terminamos la primera chela de la noche, decidimos salir de ese pequeño horno que nos estaba ahogando e ir a buscar donde seguir la noche. Tras una rápida inspección, decidimos ir al antro al que vamos

Sentir para contarla

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Ya lo he dicho, hay que amar y sentir para vivir, y vivir para contarla, como tituló su anti memoria el genial Gabriel García Márquez, un Nobel tenía que ser. A veces uno se arrepiente, piensa que hubiera sucedido si hubiese dicho esto, o no hubiese hecho eso, o busca desesperadamente una máquina del tiempo. Sin embargo, los minutos avanzan sin pedir permiso, por eso es mejor convencerse de que todo sucede por una insospechada, y en un primer momento misteriosa y refundida, razón. Si no me hubieras tomado la mano y no hubieras acelerado mi corazón por primera vez, no sonreiría cuando alguien me pregunta por mi primer amor, el de infancia, el inocente, el que no es amor sino ilusión, y por eso mismo parece insulso, plano, hasta aburrido. Para mi no, para mi fue intenso, porque fuiste tú el que compartió ese capítulo conmigo. Lo dije alguna vez, lo escribo ahora porque no te lo podré decir jamás cara a cara, fuiste el mejor primer amor que pude pedir. Si no me hubieras rot

Cosas que pasan

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Estás sola, soltera, sin apuro y con ganas de tonear. Entonces tus amigas y tú se ponen de acuerdo para salir. Es noche de chicas, es noche de cacería, es una noche para disfrutar, y en noches así cualquier cosa puede pasar. Puede pasar, por ejemplo, que entre baile y baile ves a un pata que puede interesarte, se te hace simpático. Esa pinta de entre intelectual y chico malo y despreocupado te llama la atención. Disimuladamente te acercas, para comprobar si en verdad su sonrisa es linda, o son los efectos secundarios de  esa tercera botella de cerveza que estas tomando de pico. Compruebas que no solo su sonrisa es linda, sino que también tiene los ojos negros más bonitos que has visto en mucho tiempo, que su corte de pelo le queda bien y que tiene las manos limpias. Te emocionas, y justo en ese momento, aparece una chica con el cabello rubio más falso que has visto en tu vida, una maquillada llena de imperfecciones (y tú lo sabes, porque has visto absolutamente todos los tuto

Asúmelo, no te quiere

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Desde que supe de la existencia de una película llamada "Simplemente no te quiere", me dije, tengo que ir al cine. Hubo un alto grado de identificación con el título, por eso fui a verla en la semana de estreno y me encantó, en realidad me gustan mucho las comedias románticas británicas. En esa película hay algunas señales de que ese chico por el que te mueres no te quiere, yo puedo identificar otras pistas. Empecemos por lo evidente, lo obvio, lo que es ocioso, pero necesario repetir. Si no te llama, no te envia un sms, no te manda un mensajito por el whatsapp, ni por el facebook, twitter o cualquier otro de los muchos medios de comunicación que hoy en día existen, no te quiere, y en realidad no le interesas mucho, al menos no en serio. Ahora pongámonos en el caso de que te invita a salir, pero justo ese día no puedes, tú le planteas salir al día siguiente, pero él no puede. Finalmente sincronizan relojes y se ponen de acuerdo, y todo es bonito. Salen la pasan bomba