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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Resumiendo

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Difícil contar en unas cuantas líneas lo que han sido estos últimos 12 meses, estos últimos 365 días, este 2014 que se está yendo. Sin embargo, vale la pena hacer el intento  para hacer un balance a punta de recuerdos y proyectarnos. Saber dónde estamos, para saber hacia dónde vamos es la única manera de avanzar y crecer. La idea era recontra clara cuando arrancó el año. Durante el 2014 voy a crecer si o si. Obvio no me refería a sumar centímetros a mi humilde estatura, yo sé que eso es imposible. Quería crecer a nivel profesional y académico. Por eso acepté con algo de miedo,  mucha cautela y el triple de voluntad todo lo que se me puso delante. Si, yo también le tengo miedo a la novedad, sobretodo porque siempre está el riesgo de no cubrir las expectativas, para evitar eso, lo que se puede hacer es no dejar al azar ningún detalle, trabajar con ánimo y aliento, no quedarme callada, asumir mis errores y mis aciertos. Cerca a poner punto final al 2014, puedo darle check a este

Esperando las 12

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Como jugando ya es 24 de diciembre. Mis regalos ya habían sido comprados, acabo de terminar de envolverlos y en un par de horas serán colocados bajo el árbol, para luego ser desenvueltos sin la más mínima delicadeza. Eso es parte de la navidad, pero no es todo. Entre la vorágine comercial, el tráfico que está mas imposible que de costumbre, la inseguridad ciudadana que crece caleta y la sobrecarga laboral, típica de fin de año, se nos olvida la verdadera razón de estos días. No quiero hacerme la ultra católica, la creyente número uno y decir que esta fecha no debe ser consumista, porque quedaría como una reverenda hipócrita. Si, he dicho miles de veces que esta fecha me gusta, y que mi vacilón en Navidad es comprar regalos para toda mi familia, o bueno los que viven conmigo, porque mi familia es bastante numerosa y comprar regalos  para todos, así sean unos detallitos, me llevarían directo a la bancarrota. Sin embargo, este año metiéndome un poco más en la onda cristiana,

Cosas Imposibles

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Dicen que quien pide al cielo y pide poco, está loco. Pues bueno, yo no voy a pedirle al cielo, sino a Papá Noel una breve lista de regalos, algunos probables, otros bizarros, a ver si la suerte me acompaña, estoy en la lista de niñas buenas y se cumple alguno de mis sueños. Querido Papá Noel: Si ya sé, otra vez te envío mi carta un poco tarde, importunando a los duendes que están en plena chamba, atendiendo los regalos para los niños que enviaron sus cartas a inicio de mes, y no esperaron una semana antes, como yo. No te miento si te digo que pasó lo de siempre, quise hacerme pasar por tu asistente y los últimos fines de semana me los he pasado de shopping. Con mis regalos comprados (aunque aún me faltan envolver) ya puedo sentarme y pensar que quisiera que me regales. Todos los años pido cosas sencillas, no te puedes quejar. Un bolso, colonias, algún perfume (aunque sigo esperando el Ángel o Demonio de Givenchy), un disco, un libro, ropa, sandalias. Nada extraordinario.

Y de pronto te extraña

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Tuviste un día terrible. Estas agotada y son esos momentos cuando más valoras tu cama y tus reglamentarias y sagradas ocho (aunque en esas épocas se reducen a seis) horas de sueño. Y justo cuando estas en rumbo directo y sin escalas al reino de Morfeo, suena el teléfono. Tu primera reacción es pensar que es el despertador y que otra vez las horas de sueño se te han quedado cortas. Pero en micras de segundo te das cuenta que está demasiado oscuro para que sean las 6 de la mañana, o antes, y que ese no es el ringtone que diariamente te da los buenos días, y que cuando programaste pensabas que era una gran idea, como para despertar de buen ánimo, pero ahora relacionas esa canción que tanto te gustaba con el momento más doloroso del día, el de dejar la cama. Supones que tienes que contestar con tu voz de ultratumba, y no ves quien está del otro lado de la línea porque no puedes abrir los ojos, así de grande es tu pereza en ese momento. Tras un aló digno de alguna recepcionista d

Que te quería

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Hace casi seis años, un sms me hizo bajar de sopapo y en una de aquella nube, que era mi residencia en el peligroso barrio de ilusión - landia. Aunque en realidad solo conformaba mis sospechas, mi intuición no se había equivocado, una larga no - relación había terminado y tenía que asumirlo, como hembra que se respeta. Por ese entonces, escuché la nueva canción de La Quinta Estación, "Que te quería". En seguida pensé que era la canción precisa para el momento. Era mi historia. "La llama se apagó, no sé, matamos la ilusión, tal vez". No creo que la hayamos matado, lo nuestro empezó como si nada, y se acabó de buenas a primeras. Descartamos el plan antes de que se volviera complicado, rutinario, aburrido, antes de que se nos apagara esa llama que revivía cada vez que llegaba a tu encuentro. Aunque te digo la verdad, para mi, esa llama se avivaba cada vez que tu nombre aparecía en mi celular. Me gustaba corroborar que tenía un lugarcito en tu vida, en tus