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Mostrando entradas de octubre, 2015

Susana Charlotte

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Susana Charlotte nació en el marco de una familia feliz, papá, mamá y hermana mayor. Susana Charlotte fue criada para ser una señorita con valores. Susana Charlotte creía en la familia tradicional. Susana Charlotte no sabe si el cuento del sapo que se convierte en príncipe puede volverse realidad. Susana Charlotte creció escuchando los cuentos de princesas desafortunadas, bosques encantados, brujas malévolas, príncipes heroicos, hadas madrinas pertinentes, hechizos resuélvelo todo y finales de dicha eterna. Por supuesto, también vio todas las películas inspiradas en estos cuentos made in Disney. Obvio, Susana Charlotte cree que siendo noble, generosa y cien por ciento dulzura refinada, encontrará su final feliz, siguiendo el camino marcado por su mamá, casarse con un hombre trabajador y bueno que le permita constituir su propio hogar modelo. Susana Charlotte era una alumna aplicada, que iba impecable al colegio todos los días, sus cuadernos bien forraditos con vinifan y su

No me arrepiento

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"Mejor no lo hubiera hecho", "¿por qué te hice caso?" o "en mala hora". Esas frases, son las más representativas del estado de arrepentimiento. Porque nos dicen que uno no debe arrepentirse de lo que hace, o no hace, ya que cada paso que damos nos deja una lección, pero eso cuesta, y cuesta un montón. Y es que cuesta asumir nuestros errores y continuar con ese borrón a cuestas. Es más sencillo golpearnos el pecho, arrepentirnos eternamente y echarle la culpa de todo a esa mala decisión, porque cuando metemos la pata todo se nos pone color de hormiga, y se nos nubla la vida tanto que nos olvidamos de esa sabia frase que cuenta que todo sucede por alguna razón. Incluso nuestros errores son lecciones que debemos rescatar y memorizar para no caer en lo mismo, una vez más. No me voy a hacer la desentendida, yo me arrepiento de algunas malas actitudes y de malas decisiones, y en un primer momento no lograba entender porque había hecho o dicho cie

Si, pero no

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¿Cómo una palabrita tan chiquita puede ser tan determinante, tan poderosa, tan tajante? No, es una diminuta palabra de dos letritas. Tan insignificante que hasta parece ocioso buscar su significado en el diccionario, pero tan grande que hasta gesto tiene, equivale a girar la cabeza de derecha a izquierda o poner los pulgares abajo. Ese no tan chiquito, nos puede hacer sentir inmensamente mal. Nosotras ya sabemos que en la vida no se trata de ser perfecto, se trata de ser feliz. Tal vez más de una se lo repite todos los días, bien tempranito, antes de salir de la cama, para no perder de vista ese principio. Pero tercas y olvidadizas, como somos, alguna vez, o la mayor parte del tiempo, volvemos con la misma cantaleta y tratamos de ser perfectas, de ser vistas como el premio mayor de la Tinka, la novena maravilla del mundo (porque la octava es Dumbo), las ya no ya, así terminemos destruidas en el intento. Obviamente, la mujer perfecta que tratamos de ser nunca dice no. Ace

Una adicción llamada TK

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Yo fui groupie, eso no es novedad. Hasta ahora lo soy y no me pierdo un concierto de algún cantante o grupo que me afane, así sea sábado al mediodía o miércoles por la noche (y un examen esperándome el jueves a primera hora). Siempre me ha gustado la música, pero la incondicionalidad apareció cuando TK llegó a mi vida. En el 2003 yo me jugaba los descuentos en Ogrilandia (léase la gris oficina en la que trabajé por año y medio, los 18 meses más deprimentes y miserables de mi existencia), quería irme de allí, pero me aguantaba como hembra que se respeta, y teme quedarse en el aire de buenas a primeras. Una tarde encendí la radio y escuché un estribillo que me cambió la cara, y la actitud: "No escuches el llanto de aquellos que nunca pudieron lograr". Era lo que necesitaba oír. A partir de ese día, antes de ir a trabajar me bañaba en aceite de bebe para que me resbalara todo lo que dijeran los Ogros, y me limpiaba bien los oídos para que lo que entre por una oreja sa