El prospecto
La perfección no existe, eso lo sabemos. Por lo tanto el hombre perfecto no existe, o eso parece. Pero ya que soñar no cuesta nada, ¿por qué no soñar con el hombre perfecto, el ya no, ya, nuestro ideal?, ¿por qué no hacer un prospecto? Hace algunos años, conversaba con unas amigas y, ya que no teniamos nada útil que hacer, empezamos a enlistar esas cualidades que haría de un hombre cualquiera, el prospecto. Los términos de referencia eran de lo más disparatados, desde que tenga título, maestría y piense en un doctorado, hasta que viva solo, o tenga auto, o todos los anteriores, y que asegure cubrir nuestras carencias económicas. Mientras enumerábamos los requisitos y lanzábamos ideas en desorden, yo pensaba, el día que nos enamoremos, nos vamos a templar mal y ni vamos a recordar la lista, es más, a lo mejor nos topamos con una persona opuesta, y mientras lo conocemos nos daremos cuenta de que la billetera no es tan importante como el cariño, los detalles, las atenciones.