Lo que no sabes tu
Tenía la pinta de niña buena, santa, pura, pero esas que tienen cara de no matar una mosca son las peores, o eso dicen, porque su facha la ayuda a no levantar sospechas. Todos dicen que caras vemos, corazones no sabemos, pero nadie lo toma en cuenta en este mundo en donde lo visible es lo que cuenta. Todos dicen que es una señorita muy educada y formal. Saluda con sutileza, camina erguida y con la cabeza en alto, su sonrisa es sutil y nada bulliciosa, su voz es apenas un decibel más alta que el murmullo de un periquito australiano, jamás grita. Come siguiendo al milímetro las instrucciones descritas en el manual de Frida Holler y solo brinda, jamás bebe en exceso. Al momento de bailar lo hace con gracia y estilo. Eso hacen las señoritas de su casa. Lo que nadie sabe es que cada tanto, por lo menos un fin de semana al mes, se pierde en la noche, se carcajea con sus amigas, las llama a los gritos, bebe bastante más de la cuenta y de todo, cerveza, vodka, vino, tequila, ella di