Señor Locutor
No se si sea una buena idea hacerlo, tal vez si. Tal vez es lo que necesito, decir por una vez mas todo lo que sentía por ese DJ que me movió el piso, las emociones, los sentimientos y me hizo creer en la ilusión y el amor loco a una edad en la que yo imaginaba que el amor mientras mas racional, era mejor. Una vez mas quiero decirte cuanto te quise y que lejos estamos mejor.
Siempre dices que tienes mala memoria. Esta vez te reto. ¿Recuerdas como nos conocimos? Yo si. Fue un domingo de marzo por la mañana. Tu tenías un programa de radio y yo te llamé, quería ganar unas entradas para ver a Alejandro Sanz, de paso te pedí una canción, Inmortales de Cementerio Club, y empezamos a conversar. Nunca gané las entradas, pero quería volver a llamarte y saber algo mas de ti. Un 25 de abril hablamos cerca de una hora, conversamos sobre todo, reímos mucho y antes de colgar me preguntaste si tenía planes para la tarde, en realidad no los tenía pero un imprevisto frustró esa primera salida.
Una semana después volvimos a conversar y sin perder tiempo me dijiste para encontrarnos y conocernos, en el acto te dije que si y un par de horas después estaba en la puerta de la radio esperándote. Lo que paso esa tarde tu y yo lo sabemos. Honestamente, después de conocernos, mientras volvía a casa pensaba que no iba a volver a verte nunca mas. No tomaba nada en serio, no te pensaba, te había conocdio y ya. Tres semanas después nos encontramos en Barranco y tres días después de ese encuentro me llamaste. Nos encontramos y la pasamos muy bien, Fue un encuentro mas breve que el primero, pero que había química, había química, o al menos eso quería creer yo.
Empezamos a vernos todas las semanas. Siempre encontrabas algun pretexto para llamarme y citarme y eso, valgan verdades, me parecía tierno. Nos peleamos por una tontería y nos alejamos un mes. Yo di el primer paso para no perder el contacto y nos volvimos a encontrar. Pensé que ya no nos separaríamos, pero me equivoqué. Un tiempo después ambos nos desaparecimos, yo metida en una relación y tu en otra, vamos, la idea es ser francos. Yo sabía que estabas con otra persona y en esos meses me volviste invisible. Fueron seis meses eternos, apáticos, grises. Tu le dabas una cuota de adrenalina e inestabilidad a mi vida y eso me encantaba.
Nos reencontramos y yo no cabía en mi de felicidad. Lo que me nacía por ti, lo que me hacías sentir, lo que provocabas era una sensación que hace mucho no sentía y no tenía ganas de negarme a ese sentimiento, por eso disfrutaba verte, hablar contigo, besarte, andar de tu mano. Era una ilusión a los 20 y algo, y no quería ignorarla, asi quedara como una quinceañera loca y ridícula, quería vivir mi ilusión de tu mano.
Tu presencia era intermitente y con eso me conformaba, con estar a la sombra porque no era tu tipo de chica. Lo sabía y no me esmeraba en serlo, si me querías debías acpetarme como era, con kilos mas o menos, con la melcocha incluída, con mi cabello lacio y castaño, con mi voz chillona, con mi cursilería, con todo lo que era en ese momento, una chica que estudiaba Comunicaciones en la Universidad de Lima, que practicaba en el Fondo Editorial de su universidad, que te escuchaba religiosamente todas las mañanas y acudía a tu encuentro cada vez que me llamabas.
La pregunta del millón de dólares es ¿me quisiste? Anda, se sincero ¿alguna vez me quisiste aunque sea un poquito? Vamos, haz un poco de memoria ¿alguna vez enviaste un mensaje subliminal en la radio dedicado a mi?, ¿ese comentario de me he puesto guinda porque acabo de hablar con la chica que me trae enamorado se refería a mi? Lo mas probable es que no recuerdes lo que yo te provocaba, o prefieres no recordarlo para no crearte paltas, no vale la pena mortificarte en este momento de tu vida, este momento en que tienes estabilidad al fin, y eso es lo único que importa.
Me dolió confirmar las sospechas que me rondaban desde hacía tiempo por un sms, me dolió comprobar que todo había termiando, que ya era parte de tu pasado oscuro sin saberlo. Pero me dolió mas leer ese post tuyo en el que confesbas abiertamente que estabas perdidamente enamorado, habías encontrado a la mujer de tu vida y por ella te habías olvidado de todas tus amiguitas casuales. Yo estaba incluída en ese grupo. Por cuatro años fui tu amiga casual, a la que acudías cuando necesitabas compañía, quemar horas o pasar el rato.
Me deprimí, lloré meses enteros, sentí que había caído al fondo de un pozo y nunca iba a salir de allí. Pero tu no fuiste el culpable, la culpable fui yo que me esmeraba en seguir escuchándote y torturándome, que estaba al tanto de lo que hacías o dejabas de hacer, que no se imaginaba la vida sin tu presencia intermitente. Mi lado masoquista salió a la luz y a mi no se me daba la gana de ponerme fuerte y mandar a volar tus recuerdos, esos baules inmensos llenos de momentos, fotografías inexistentes, detalles minúsculos y canciones que hice nuestras (¡lo que hace la ilusión!).
Gracias a ti encontré ese lado de mi misma que me aterra y gracias a mis amigas y una serie de afortunados acontecimientos salí del hoyo. recuperé mi confianza, mi seguridad, me encerré en el trabajo para olvidarlo todo y poco a poco lo hice, aunque siempre quedan rezagos. Por eso te llamé una tarde de diciembre en medio de una crisis que terminó de desatarse cuando me dijsite estoy algo ocupado, manejando con mi novia, pero dime ¿qué pasó? Corté y fiel a tu costumbre me llamaste un par de días después, vísperas de Navidad para saber que quería decirte. Te metí una excusa y luego empezamos a conversar, con honestidad brutal te dije que si, que te extrañaba, que no había nadie en tu lugar y que te deseaba toda la felicidad del mundo.
También te dije que nunca quería cruzarme contigo, y al volante menos. Lo que no te dije y te confieso ahora, señor Locutor es que espero nunca cruzarme contigo, y menos de la mano de ella. Olvidarte es lo mas difícil que me ha tocado vivir, porque lo enfrenté sola y me tomó mucho tiempo conseguirlo. No pienso perder el trabajo de muchísimo tiempo por un mal minuto. No estoy para depresiones, en este momento no.
Por último quiero decirte que te quise un montón, no tienes idea de cuanto, que me regalaste lindos momentos y otros no tan lindos, esos los olvido y me quedo con las risas, los besos, las canciones, los abrazos y todo lo que pasamos en las cinco casa que te conocí. También que alguna vez en broma te hice una promesa, este secreto que tienes conmigo nadie lo sabra. Hoy te lo juro, lo saben personas en quienes yo confío. Quienes lean esto se enterarán de mi historia, pero nunca de tu nombre. Quiero confesrate que te sigo admirando, que te deseo todo lo mejor del mundo y que, si antes tenía alguna duda, hoy estoy segurísima de que lejos estamos muchísimo mejor.
Canción para confesiones a corazón abierto... Esta canción empezó a sonar cuando pusiste finish a eso que teníamos, hasta la fecha no se bien que fue, y yo me identifiqué al acto... Las heridas han cerrado, pero en el fondo sigo siendo la misma idiota que te quería
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