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Mostrando entradas de abril, 2018

Si te vas

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Es bien sabido que amor de lejos, felices los cuatro, por eso la canción de Maluma (él la canta, ¿cierto?) gozó de tanta acogida. Es una verdad universal que nadie se atrevió a contar alegremente. Sin embargo, hay una pregunta que cae de madura, ¿el amor de lejos funciona? Al hablar de amor de lejos, me pongo lo más dramática posible, porque total, por algo soy la reina de la exageración, y planteo la situación de una relación, en la que una de las personas involucradas por estudios, ofertas laborales, desesperación, hastío de Lima, la horrible, u otro similar, decide agarrar sus chivas e irse al otro lado del mundo, España, India, Papúa Nueva Guinea, Dubai, o el primer país mas lejano que se te ocurra, o de repente que no has escuchado mencionar ni de por casualidad en National Geographic, canal que sintonizas todas las noches para conectarte con la cultura y la naturaleza. Él se va, y tú decides quedarte, porque tu familia, tu trabajo, tu vida está aquí. Evidentemente, e

La otra

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En las telenovelas, películas de bajo o gran presupuesto, obras de teatro, series de Netflix o cualquier otra dramatización, siempre hay buenos y malos. Y la mala es, la mayoría de las veces, una mujer sin escrúpulos que se le mete por las narices al buenote, y recontra caído del palto, del galán, que se deja seducir. Esta fémina se gana el odio de medio mundo, es la villana, la antagonsita, la compinche de Maléfica, Cruella de Vil, y todas las brujas de Disney, y también es la querida, la trampa, la otra. Es bien fácil juzgar, satanizar y enviar a la hoguera de la indecencia a esta chica con la que el "inocente" del protagonista le saca a la vuelta a la heroína de la historia, que seguro es 100 por ciento encanto refinado, un terroncito de azúcar, un amor. Antes de sacar el kerosene, fósforos y el árbol al cual vamos a amarrar a la otra, para quemarla viva, pensemos solo un minutito, y recordemos que una infidelidad no es una causa, sino una consecuencia. Consec

Apatía

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A veces los ánimos se vienen abajo de buenas a primeras, porque si, porque de repente estamos en esos días en que nuestras hormonas hacen lo que quieren, porque, sin saber ni cómo, ni por qué, se nos viene a la cabeza una escena amarga, y una angustia inexplicable se instala cerca del estómago. Esos días, le damos la razón a los hombres, mujer que no es complicada, no es mujer. Hay días en que no queremos saber nada de nadie. Tampoco queremos que nos pregunten, porque no tenemos ni ganas, ni energías para enumerar, una por una nuestras razones, queremos estar en mute, y que el mundo, se silencie con nosotras. Calladitos, todos se ven mas bonitos. Lo que si deseamos, y muchísimo, es que nuestros familiares, amigos y demás personas cercana, tuvieran una bola mágica que les diga que estamos en esos días en los que ponemos un cartelito que dice "disculpe la molestia, día de apatía", y así evitan llamarnos, buscarnos, enviarnos un hola que se quedará sin respuesta. Lo