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Mostrando entradas de diciembre, 2022

Mi encuentro conmigo

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 A estas alturas del año, a horas de decirle hasta chau al 2022, todo el mundo recuenta lo bueno, lo malo y lo feo sucedido durante los últimos 365 días. Que hizo, que no hizo, que prometió que si o si y naca la pirinaca. Este año, para mi, fue una larga lista de ocasiones y sorpresas y yo dejé que fluyera. La vida me sacó a bailar y yo quiero bailar. Digamos que si bien cerré el 2021 de forma positiva, no me sentía del todo yo. Después de una pandemia (que aún no me había agarrado y cuando me llegó fue de la manera más ligera nunca antes conocida) y una pérdida que me devastó (la de mi adorada Yolita, mi abuelita), una persona no puede ser la misma. Pero más que cambiar, me perdí. Y perderse es bien feo, sobre todo cuando no sabes por dónde encontrarte, o mejor dicho reencontrarte, y peor aún, no tener pistas, porque buscas a una persona distinta a quien solías ser. Cambias a la mala y sin darte cuenta. Cambié a la mala y sin darme cuenta. Mi trabajo se ha convertido en mi cable a tie

¡(Sobre) Viven!

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Unos meses atrás escribí sobre la historia de la entrada para el concierto de Andrés Calamaro, o lo que representaba esa entrada, un montón de planes que fueron postergados cuando entró en escena algo llamado COVID-19. Hasta que llegó el día en que Calamaro por fin se presentó en Lima y le llegó su hora a ese ticket, comprado hace casi 3 años. Digamos que el último concierto de Calamaro fue accidentado porque pasó algo que nunca sucede, me enteré que se daría solo 24 horas antes, lo que pone de manifiesto, más que mi distracción, mi ensimismamiento. Había sido una semana difícil, en la que mi mente estaba dispersa, hasta que apareció la noticia. Calamaro se presentaba en Lima en cuestión de horas, yo tenía la entrada, pero no sabía si Pepita Grilla, con quien había comprado la famosa entrada hacía casi 3 años atrás, lo sabía, tenía tiempo y estaba dispuesta a ir. Por suerte todas sus respuestas fueron positivas y un par de horas antes del recital nos encontrábamos felices, juntas como