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Mostrando entradas de febrero, 2017

No hay quinto malo

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Todos los años digo lo mismo, el tiempo pasa volando y sin querer el blog cumple un añito más. Esta vez no es la excepción y otra vez estamos 27 de febrero, y el año llega a un nuevo aniversario, los cinco años, el quinto aniversario. Y como no hay quinto malo, vale la pena celebrar. La historia del blog es harto conocida. Nace del gusto que tengo por leer y escribir, gusto adquirido y descubierto desde mis primeros años en los que leía absolutamente todo lo que llegaba a mis manos, desde las tiras cómicas de Katty, la oruga, hasta la revista sabatina de El Comercio. Tal vez si hubiese mostrado el mismo entusiasmo por leer mis libros de botánica, goegrafía, religión y demás materias escolares hubiese tenido mejores resultados en mi etapa colegial, en fin.  De mi primer diario, el cual recibí como regalo de Navidad hace más de 10 años, le siguieron 6 ediciones más, luego las contra carátulas de mis cuadernos universitarios, un documento de word, las nptas del Hi5 y finalm

El secreto de Li

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Li y yo nos conocimos hace muchos años en la universidad. Digamos que hicimos click casi instantáneamente, por lo que  me adoptó como su hermana mayor. título que acepté con el mayor de los gustos. Li y yo odiábamos a la profe, por lo que rajábamos de ella después de clases a más no poder, desde su falta de tino, hasta lo mal que se vestía, cualquier cosa era válida si de destruirla se trataba. Un día Li me contó un secreto. Como les decía Li y yo nos hicimos amigas casi al acto, y a manera de hacer catarsis después de la clase con la bruja que teníamos por profesora, nos tomábamos un café de máquina, conversábamos y luego ella regresaba a clase y yo volaba a mis prácticas. Un día me dijo que ella me veía como la hermana mayor de la clase, porque era la que se enfrentaba a la profe, la que siempre le daba consuelo, la que siempre le atendía el teléfono, la que siempre daba su opinión sin importar lo que pensaba la mayoría. Me contó también que ella no era la única que pensaba