Cierra el círculo
Hace un par de semanas, sin querer queriendo llegué a un parque miraflorino al que hace mucho tiempo quería volver. El hecho de llegar en una noche preciosa y de manera tan casual no me hizo olvidar por qué quería volver. Quería cerrar un círculo. Dicen que uno debe volver a dónde fue feliz. Bueno, la última vez que fui a este parque miraflorino yo me sentía feliz. Fue un 31 de diciembre, despidiéndome del mejor año de mi vida, el 2019. Ese año nació mi sobrino; estudié; empecé a trabajar en un puesto que amaba; me pasaba los fines de semana entre paseos, compras y el siempre necesario marmoteo; en fin, fue un extraordinario año. Y recibí el 2020 agradecida y con un montón de planes, ideas, sueños. ¿Quién me iba a decir que dos meses y medio después se nos cambiaría la vida a todos? Inolvidable ese domingo de marzo cuando el entonces presidente Vizcarra dijo, en breve y buen cristiano, nos guardamos todos dos semanas, y dos semanas más, y dos semanas más, y un mes más, y así, sucesivam